jueves, 30 de abril de 2020

MAÑANA 8 DE MARZO DIA DE LA MUJER











 
Una mañana el mundo despertó de su letargo.
Lo llamaron Virus del ocho de marzo.
El hombre era una enfermedad incurable hasta que llegó la señora Unapiedra (Einstein, en alemán).
¿Inventó acaso la píldora eliminadora de hombres?
Se acabaron las guerras, el fútbol, el 25 por cien en las listas electorales, el 50 por cien en Francia.
Se acabaron las fronteras.
Se acabaron las violaciones, las prepotencias, el abuso de menores.
Se acabaron los ronquidos.
Y la mujer por selección natural de la especie elige los genes XX adecuados.
¿Cómo se produjo tal acontecimiento?
¿Cuándo se pusieron las amazonas de acuerdo?
¿Hubo una degollina generalizada, una noche de cuchillos largos?
¿Ha sobrevivido alguien?
Nada de todo eso ocurrió.
Sencillamente a finales del siglo pasado, la epidemia que azotó el planeta Tierra se llevó por delante a todos los hombres, pobres y ricos, negros y blancos.
Solamente se salvaron las mujeres.
Cuestión de resistencia, espíritu de supervivencia.
Al principio no se lo podían creer.
Algunas se suicidaron junto al lecho de muerte de sus esposos e hijos.
Otras se volvieron locas.
La mayoría sintió renacer en ellas impulsos indefinidos: alegría incontrolada junto a la tristeza de no poder enfrentarse al enemigo de la especie: 
¿Con quién pelear?
Las feministas, sin objetivos, disolvieron sus reuniones, también se despidieron las fans de sus stars.
Las mujeres han corregido el curso de la Historia:
Ahora ya no se hablará nunca más del Homo Sapiens, Erectus, Habilis, sino de la Fémina Sapiens, Clítoris, Habilis.
Ana Bolena, Juana de Arco, y la santa Hillary, son las mártires de la especie única.
Son las nuevas trinitarias de un nuevo proyecto que llevará por nombre:
Doncella-Ninfa-Bruja.