Mi poesía invita a la acción
como el vino a la embriaguez,
no me acuerdo ya de la canción,
no bastan ya las palabras,
no cicatrizaron las heridas,
se nos acabó ya el miedo al dolor:
somos como los budas de la guerra.
No quiero cantar a los muertos,
no quiero analizar causas,
los muertos, muertos están,
enterrados, o al aire libre,
¿qué más da que se los coman
los gusanos o los buitres?
El horizonte mudo
de tu asombro espera,
que las sombras avancen,
que el sol se retire,
para contar los muertos
que cayeron hoy.